Preocupado por el contexto inflacionario, el Gobierno salió a buscar un acuerdo con las petroleras para establecer un techo de suba a los combustibles. El oficialismo cerró un pacto de aquí hasta el mes de agosto con ajustes promedio del orden del 4 por ciento. Dieron su aval desde la estatal YPF hasta Raizen, dueña de la marca Shell en la Argentina, pasando por Trafigura y Axion. La hoja de ruta de los incrementos se activará el próximo sábado 15 con alcance a todo el país.
El aumento acordado del 4 por ciento elevará la cotización del litro de súper a 176 pesos en las estaciones de servicio YPF de Capital Federal. La unidad de nafta premium, en cambio, subirá a 226 pesos. Por el lado del diésel, el más barato costará a razón de 189 pesos el litro, mientras que la alternativa más cara escalará hasta los 266 pesos.
El nuevo porcentaje acordado se inscriben en una tendencia que expone a los surtidores como otro espacio de incremento permanente.
Entre diciembre, enero y febrero las naftas subieron en la Argentina un 4 por ciento promedio. En marzo, en tanto, el aumento fue del 3,8 por ciento.
Si bien el oficialismo el mes pasado dio a entender que los aumentos se tomarían un respiro, el anuncio de la nueva ruta de incrementos pone en evidencia que la escala de costos que afrontan las petroleras se disparó de tal forma que resulta imposible aplicar un congelamiento en las estaciones de servicio.