
El camino en éstos se inició allá por el 22 de febrero, en las semifinales del Trofeo de Campeones perteneciente al 2020 contra Banfield: fue un peleado y flojo jugado 3-2 en el Kempes, con un doblete de Simón (como volante) y un gol de Borja. Fue el primer partido del colombiano y Rondón juntos desde el inicio (ambos salieron) y el segundo mata-mata de Demichelis en su vida: en octubre del 2020, por la primera ronda de la DFB-Pokal Der Junioren (la copa alemana juvenil), su Bayern Munich U-19 había goleado 8-0 al St. Pauli U-19.
La Copa Argentina le trajo los dos siguientes, con un sabor agridulce. Primero, cumplió con la lógica de eliminar a Racing de Córdoba en los 32avos: fue un contundente 3-0 sin atenuantes (goles de Borja, Beltrán y González Pirez). Pero luego, a pocos días de haber dado la vuelta en la LPF, llegó el primer porrazo: en un juego duro, cayó 1-0 con Talleres (Garro) y se quedó sin uno de los objetivos más importantes. Parecía no importar tanto por la cercanía que había con la celebración del torneo y la Libertadores, pero…
Lo que ocurrió contra Inter, fundamentalmente por el planteo en la vuelta, no estaba en los planes y alteró todo el segundo semestre, que quedó largo como esos chicles infinitos. 2-1 la ida, 1-2 la vuelta y afuera por penales: Demichelis sufría una derrota que aún hoy duele, en un mata-mata que dejó varias dudas para el futuro.
«Lo buscamos hasta el final a pesar de las formas. En los mata-mata hay que ganar, y se ganó», reafirmó el DT este domingo. ¿Habrá sido un punto de inflexión para que su equipo haya crecido en ese ámbito?